El veneno de Dios
El Tribunal de la Inquisición tenía entre sus competencias la de juzgar los casos de solicitación en confesión. La singularidad del delito así denominado venía dada por la cualidad del sujeto solicitante, un confesor, y por el momento en que requería o ejecutaba sus propósitos deshonestos con sus penitentes, el acto sacramental de la Penitencia, pero también por la naturaleza de las acciones a las que se atribuía la condición delictiva y, sobre todo, por las particularidades del proceso, llevado con especial discreción y sigilo por tratarse de un delito vergonzante cuya existencia y cuyas consecuencias no interesaba a la Iglesia que fueran difundidas.14 €
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